Durante los últimos años, especialmente después del impacto global de la COVID-19, se ha incrementado la visibilidad de los problemas de salud mental en la población en general. Esta situación no excluye la gente mayor, puesto que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Global Health Fecha Exchange (GHDx), aproximadamente un 14% de los adultos mayores de 60 años viven con un trastorno mental.
En las residencias, se observa que los residentes no solo sufren estos trastornos, sino que también se ven afectados por factores como la soledad, la tristeza y el luto. Por este motivo, se adopta un enfoque interdisciplinario, adaptándose a las necesidades individuales de los usuarios y utilizando la historia de vida como herramienta fundamental para intervenir y fomentar su salud mental.
Nos preguntamos, ¿cuál es nuestro papel desde las residencias en todo esto? Conocer cada caso de manera específica nos permite identificar los factores clave que promueven el bienestar de las personas residentes. Elaborando actividades y rutinas personalizadas, permitimos que cada usuario siga sintiéndose realizado, disfrute de sus aficiones, descubra nuevas actividades y continúe aprendiendo, promoviendo así el envejecimiento activo.
La interacción social juega un papel crucial en la tercera edad. La psiquiatra Marian Rojas-Estapé destaca la importancia de mantener relaciones sociales sanas y positivas, las cuales generan oxitocina, conocida como la hormona de la felicidad. Además, estudios recientes sugieren que realizar ejercicio físico regularmente no solo mantiene la independencia funcional sino que también mejora la autoestima y la salud mental de la gente mayor, aumentando los niveles de oxitocina.
Con estas herramientas y un trabajo en equipo desde todas las áreas, nos comprometemos a mejorar y favorecer el bienestar psicológico de nuestros usuarios, asegurando que su estancia en nuestros centros sea tan enriquecedora y positiva como sea posible.
Basado en el artículo de la psicóloga Laura Reyes, del equipo de Residencia y Centro de Día Jardins de Corbera, publicado en la revista Geriatricarea